- El 92% de la juventud en paro confía en encontrar empleo en el plazo de un año
- La confianza en encontrar un empleo acorde a su formación aumenta hasta el 74% entre la juventud estudiante
- Respecto al inicio de la serie en 2013, se reduce a la mitad el porcentaje de quienes creen que tendrán que emigrar a trabajar al extranjero
- El Observatorio Vasco de la Juventud presenta la 7ª edición del estudio Aurrera Begira. Indicadores de expectativas juveniles
1540 encuestas en noviembre y diciembre de 2019
La investigación Aurrera Begira analiza desde hace ya siete años cómo percibe la juventud vasca el presente y cuáles son sus expectativas de futuro en el corto plazo.
Este estudio se concibió como un instrumento sintético de evaluación de la evolución de las cuestiones que más preocupan a la juventud: su futuro laboral, la posibilidad de emanciparse en el corto plazo o la necesidad de emigrar por motivos laborales.
El estudio se realiza anualmente desde 2013 y al igual que en las anteriores ediciones, el trabajo de campo se llevó a cabo entre noviembre y diciembre de 2019 a través de una encuesta a la que respondieron 1540 jóvenes de 15 a 29 años.
Diez indicadores para hacer un balance del momento que vive la juventud y de sus expectativas de futuro
Los resultados de Aurrera Begira se articulan en torno a 10 indicadores. Los tres primeros se centran en la valoración del momento presente desde diferentes puntos de vista: el personal y el colectivo.
- Índice de valoración del momento presente
- Índice de satisfacción personal
- Balance de aspectos vitales
A continuación, se analizan cuatro indicadores centrados en las expectativas de empleo:
- Riesgo de pérdida o precarización del empleo
- Expectativa de empleo
- Expectativa de empleo encajado
- Expectativa de emigración forzosa
El indicador número 8 se refiere a la emancipación:
- Expectativa de emancipación truncada
Por último, se analizan dos indicadores centrados en las expectativas de futuro:
- Índice de confianza en las capacidades de la juventud
- Índice de confianza en el futuro
CONCLUSIONES
El índice de valoración del momento presente, que no solo tiene en cuenta la situación personal sino también la de la gente joven en general o la situación de Euskadi en su conjunto, alcanza el nivel más alto de la serie (70 sobre 100) y está diez puntos por encima del valor registrado en 2013, cuando se iniciaron las mediciones (60).
El índice de satisfacción personal es aún más elevado, 78 puntos, y se muestra muy estable a lo largo de toda la serie de estudios. Para su cálculo se pide a la juventud que valore su satisfacción con 10 áreas de su vida y posteriormente se calcula la media. Estas áreas son la salud, la familia, las amistades, el trabajo, los estudios o formación, el tiempo libre, la emancipación, las relaciones sentimentales y/o sexuales, el dinero y, por último, la imagen física.
Precisamente es la satisfacción con estas áreas comparada con la importancia que conceden a cada una de ellas la que nos ofrece el tercer indicador denominado balance de aspectos vitales. La salud, la familia y las amistades son, por este orden, los aspectos a los que más importancia concede la juventud y con los que más satisfechos están. En el lado contrario, el empleo y el dinero son las cuestiones que muestran niveles de satisfacción por debajo de los de importancia.
Los indicadores relacionados con el empleo han tenido mucho que ver en la mejora del índice de valoración del momento presente. Y es que, pese a que el riesgo de pérdida o precarización del empleo sigue afectando a un tercio de la juventud que trabaja, se ha reducido 23 puntos desde 2013.
La expectativa de encontrar empleo en el plazo de un año entre las personas jóvenes en paro, ha subido del 54 % en 2013 al 92 % en 2019.
Entre las y los estudiantes, la expectativa de encontrar un empleo encajado, esto es, relacionado con los estudios, ha aumentado del 46 % al 74 %.
Además, en la juventud en general, la expectativa de emigración forzosa al extranjero en un futuro para trabajar se ha reducido a la mitad, pasando de un 16 % en 2013 al 8 % en 2019.
Por otro lado, la expectativa de emancipación truncada, por querer independizarse del hogar familiar en el plazo de un año y no poder hacerlo, presenta la cifra más baja de la serie y ha descendido del 45 % al 40 % en estos siete años.
La juventud vasca se define a sí misma como formada, cualificada, trabajadora y responsable. Otras características como idealista, autónoma, participativa y emprendedora son rasgos que consideran tener en menor medida. Del conjunto de estas valoraciones se deriva el Índice de confianza en las capacidades de la juventud que alcanza 66 puntos sobre 100 en 2019.
La buena valoración del momento actual también se proyecta en una perspectiva más optimista de cara al futuro. Así, el índice de confianza en el futuro, que mide las expectativas respecto a cómo creen que será su situación personal, la de la juventud en general y también la de Euskadi dentro de cinco años, se ha incrementado cinco puntos respecto a 2013 y es de 69 sobre 100 en 2019.