Entrevista: Maitane Ormazabal Esnaola, formadora en el curso «Tecnología digital y salud mental: cómo tejer redes de bienestar digital y emocional en la sociedad y, en particular, en la juventud».

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Maitane Ormazabal Esnaola, psicóloga, psicoterapeuta y asesora psicoemocional en instituciones. Miembro del comité de expertos externo del Ministerio de Infancia y Juventud.

¿A quién va dirigida la formación y qué se busca conseguir?

Esta formación ha sido diseñada para todas las personas que, de una u otra manera, trabajan o colaboran con adolescentes y jóvenes, ya sea en el ámbito educativo, social, deportivo o familiar. Ahí se incluyen, por ejemplo, profesionales de la educación formal y no formal (profesorado, orientadores, monitores de tiempo libre), personal de ayuntamientos y administraciones públicas, profesionales de la intervención social y quienes dirigen equipos deportivos o realizan trabajos de voluntariado con la juventud.

El objetivo principal no se limita únicamente a proporcionar conocimientos teóricos acerca del funcionamiento de la tecnología digital y sus implicaciones en la salud mental. Se busca fomentar un uso más saludable y consciente de los dispositivos electrónicos, que promueva la autorregulación y ayude a equilibrar el tiempo de pantalla con otras actividades esenciales para el crecimiento personal y el bienestar emocional. Además, se hace especial énfasis en la prevención de problemas de salud mental y en el desarrollo de valores, autoestima y habilidades de socialización de la juventud.

¿Qué contenidos se tratarán durante las sesiones?

A lo largo de varias jornadas, se abordará el mundo digital en toda su complejidad. En un primer bloque, se presentará la idea de la economía de la atención, subrayando cómo las grandes tecnológicas basan gran parte de su negocio en la recolección de datos y la retención de usuarios, y examinando las técnicas de persuasión (ya sean visuales, auditivas o psicológicas) que consiguen mantenernos conectados a las pantallas. Desde esta perspectiva, se analizará la influencia que tales estrategias ejercen sobre la salud física y mental, con especial énfasis en la población adolescente, que se encuentra en un momento clave de su desarrollo cognitivo, emocional y social.

El segundo bloque gira en torno al impacto de las redes sociales, los videojuegos y otras aplicaciones en la construcción de la identidad y la autoestima. Se reflexionará sobre la manera en que la conectividad permanente y la cultura de lo inmediato condicionan la vida de los jóvenes, afectando a aspectos tan relevantes como la socialización, la percepción de uno mismo y la valoración de los logros y fracasos. De forma paralela, se abordarán cuestiones de ciberseguridad y se ofrecerán estrategias claras de prevención y actuación ante el ciberacoso, la sextorsión, el grooming y otras prácticas nocivas que pueden afectar tanto a menores como a personas adultas.

En el tercer bloque, la atención se centrará en el ámbito psicológico y emocional. A través de enfoques como la terapia sistémica o la epigenética, se explorará la influencia de los entornos familiares y sociales en la salud mental de los adolescentes, así como las consecuencias de problemas emocionales no resueltos o vivencias traumáticas. Se abordarán, además, los trastornos mentales más frecuentes en la etapa adolescente (ansiedad, depresión, autolesiones o conductas suicidas) y se expondrán posibles vías para la detección temprana y la prevención efectiva.

Por último, en la recta final de la formación, se ofrecerá una visión más holística de la salud integral, destacando la importancia de la inteligencia emocional, la autoestima y la calidad de las relaciones interpersonales como factores protectores frente a la adicción, la soledad o la sobreexposición tecnológica. A partir de ejemplos prácticos y casos reales, se compartirán iniciativas y hábitos que faciliten una convivencia más equilibrada con las pantallas y fortalezcan, al mismo tiempo, las redes de apoyo afectivo y social.

¿Cómo se desarrollará la metodología de la formación?

El enfoque metodológico combina la exposición teórica breve con la participación activa de las personas asistentes, siempre buscando la aplicación práctica de lo aprendido. Cada sesión se estructura en torno a módulos de aproximadamente dos horas, que a su vez se dividen en bloques temáticos de unos veinte minutos de explicación. Tras cada uno de estos bloques, se abre un espacio de diálogo grupal para resolver dudas, intercambiar experiencias y reflexionar colectivamente sobre la temática tratada.

Además, se enfatiza el uso de casos reales para ilustrar conceptos teóricos y estrategias de intervención. A través de estas situaciones concretas, se identifican aciertos y errores frecuentes en el acompañamiento de niños, niñas y adolescentes en el ámbito digital y se trabajan soluciones más adaptadas a las necesidades de cada contexto. De esta forma, se busca que la formación trascienda el plano meramente conceptual y proporcione competencias y recursos aplicables en el día a día.

Asimismo, el curso promueve en todo momento la interacción y el aprendizaje colaborativo, reconociendo que las experiencias de quienes trabajan directamente con jóvenes constituyen una fuente invaluable de saber práctico. Con el fin de reforzar la motivación y el compromiso de los participantes, se plantearán dinámicas y ejercicios que invitan a la autocrítica, la empatía y la elaboración conjunta de propuestas, de modo que cada asistente pueda adaptar los contenidos a su propia realidad y a la de las personas adolescentes con las que se relacionan.